Los fondos están destinados a apoyar un mecanismo de ayuda directa diseñado para compensar a las víctimas del conflicto y los ataques terroristas perpetrados por la Federación Rusa. Los principales beneficiarios de este esquema serán combatientes, personas con discapacidad y familias numerosas que han perdido sus hogares debido a las hostilidades.
El sector de vivienda ucraniano, con pérdidas cercanas a los 50 mil millones de dólares, se erige como uno de los dominios más severamente impactados por la guerra en curso. El proyecto NOME tiene como objetivo distribuir más de 2,000 certificados de vivienda, beneficiando potencialmente a alrededor de 5,700 ucranianos al proporcionarles medios para adquirir nuevas viviendas. Este proyecto nacional subraya el esfuerzo concertado para mitigar los impactos devastadores de la guerra en las vidas civiles y la infraestructura.